Mañana formativa en la Curia Diocesana: Relaciones Corporativas y María Madre de la Iglesia.

En la mañana del lunes 20 de mayo, se llevó a cabo una formación en las instalaciones de la Curia Diocesana dirigida al personal que allí labora.

La actividad comenzó con la Santa Eucaristía presidida por el Pbro. Heberto Ávila, quien enmarcó su homilía en la celebración de María como Madre de la Iglesia. Comentó que en las lecturas del día se pueden observar dos extremos de lo que ha sucedido desde el principio de la creación. Por un lado, Eva abrió las puertas al pecado al dejarse seducir por la tentación del demonio. Por otro lado, en el evangelio, una mujer dio paso a la salvación con su “Sí”. El Pbro. Ávila expresó: “María nos recibe y nos cobija a todos nosotros dentro de su ser; en Cristo, también somos sus hijos”.

Después de un momento de desayuno y compartir, se inició la primera actividad formativa del día. El Pbro. Heberto Ávila invitó a los presentes a reflexionar sobre las relaciones corporativas. Comentó que es indispensable trabajar juntos como miembros de un mismo cuerpo y destacó la importancia de la función que cada uno cumple en la Curia Diocesana, que es el centro desde donde se dirige la iglesia de la Costa Oriental del Lago.

El Pbro. Ávila mencionó cuatro palabras de particular importancia: Respeto, Cordialidad, Prudencia y Fraternidad. Llevar estas palabras en el corazón y ponerlas en práctica mejora la calidad del trabajo y el servicio prestado.

Luego, el Pbro. Valery León dirigió una formación sobre la Virgen María. Comenzó hablando un poco sobre su vida y los datos que se tienen de ella desde su concepción. Destacó que “la virtud más importante de María es la oración”.

Seguidamente, se exploraron algunas curiosidades de la Virgen María y las figuras que de ella se pueden encontrar desde el Antiguo Testamento, hasta su presencia explícita en el Nuevo Testamento. A partir de la anunciación, se pueden apreciar varios pasajes que reflejan su amor maternal y compañía a su hijo Jesucristo, hasta cuando lo entregó como madre de la humanidad.

La mañana de formación culminó con un almuerzo fraterno en compañía de Monseñor Ángel Francisco Caraballo Fermín, Obispo de la Diócesis de Cabimas.

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