En horas de la mañana del pasado sábado 10 de mayo, se llevó a cabo el Jubileo de los Monaguillos de forma simultánea en cada uno de los arciprestazgos de la Diócesis de Cabimas. Las parroquias sedes que congregaron a una gran cantidad de niños y jóvenes fueron: la Catedral de Cabimas, Ntra. Sra. de Altagracia – Los Puertos, Ntra. Sra. del Paraute – Ciudad Ojeda, y San Pablo Apóstol – Mene Grande.
Esta actividad estuvo organizada por el Secretariado Diocesano de Pastoral Litúrgica con el propósito de promover los encuentros entre monaguillos como una forma de reforzar la formación permanente de los pequeños, su amor por las celebraciones litúrgicas y el compartir fraterno entre personas que comparten la misma vocación de servicio en el altar.

El Jubileo se realizó en los templos jubilares de los arciprestazgos para cumplir con las características propias del año de gracia: la peregrinación hacia la Puerta Santa, la asistencia a la Eucaristía, la comunión sacramental y la indulgencia plenaria de los fieles. Es por eso que, para este Jubileo, la Pastoral Litúrgica preparó un mismo cronograma de actividades para todas las parroquias.
Celebración en simultáneo
Primeramente, los monaguillos se congregaron a las afueras de los templos para peregrinar, entre cantos y alegría, hacia las puertas santas como primer paso para ganar la indulgencia. Seguidamente, tuvo lugar la bienvenida y un momento de animación con dinámicas para unir lazos entre los presentes.

En los arciprestazgos Altagracia, Rosario y Paraute, se llevaron a cabo distintos temas de formación sobre la sagrada liturgia, la vida del monaguillo dentro y fuera de la Iglesia, y el sentido del servicio en el altar. En el arciprestazgo Beata, en cambio, se realizó la meditación del Via Lucis en el que se profundizaron los misterios de la resurrección del Señor.
Simultáneamente, se desarrolló un encuentro eucarístico comprendido por la Hora Santa y la Misa, en la que todos los monaguillos prestaron su servicio litúrgico revestidos con sus vestiduras propias. Para este momento, contaron con el acompañamiento de los sacerdotes que estuvieron presentes para asegurar la espiritualidad del Jubileo.
En la celebración, los monaguillos comulgaron sacramentalmente, oraron por las intenciones del Papa y recibieron la indulgencia plenaria de sus pecados, como lo indica la Santa Sede. Al finalizar, se realizó un compartir fraterno que dejó en los monaguillos una huella de renovación espiritual y un mayor compromiso con la Iglesia.
