Bachaquero se llenó de alegría el pasado domingo 6 de agosto, al realizar la misa de envío de una hija suya que ha dicho «Sí» al Señor, Ana Karina Álvarez Colmenares. La joven pronto comenzará su prenoviciado con la Congregación de las Hermanas del Sagrado Corazón de Jesús y de los Santos Ángeles, mejor conocidas como las Religiosas Angélicas.
La Eucaristía fue presidida por Mons. Jesús Fernando Santamaría en el domingo de la Transfiguración del Señor, teniendo lugar en la parroquia San José Obrero de Bachaquero, recinto en cual esta joven tuvo su primer encuentro con el Señor y ha servido desde entonces.
Durante su homilía, Monseñor resaltaba “Si estoy con Jesús no he perdido el viaje, la Transfiguración del Señor nos viene a llenar de fuerzas, de vitaminas para caminar pese a las pruebas y cada una de ellas es para que sigamos firmes en la fe. Nos da pruebas para superarlas, no para dejarnos vencer por ellas”. Añadiendo luego «Esta fiesta resalta que debemos saber cuál es nuestro destino, para qué nos ha creado Dios y eso es encontrar la gloria con Él en el Cielo».
“Si estoy con Jesús no he perdido el viaje»
Al finalizar la celebración, la estación JOMICRIST, de la cual Ana Karina es miembro, resaltó el testimonio de esta joven misionera que desde sus inicios en la Iglesia ha participado en diversos encuentros y campamentos ofrecidos por las Obras Misionales Pontificias (OMP), que la ayudaron a conocer a Dios y descubrir su vocación al servicio.
Desde el año 2022, Ana comenzó a trabajar en el Comedor «Sueños de Hogar Santa Genoveva» de las Religiosas Angélicas, en la ciudad de Bachaquero, donde pudo convivir con ellas y ayudar en parte del servicio que prestan a la comunidad. Por su parte, ella ha afirmado sobre su vocación: «En todo este tiempo me di cuenta que por mis propios méritos nunca podré conseguir la felicidad, que la felicidad que llena mi alma y mi corazón es sirviéndole al Señor».
En el presente año, participó en la Pascua organizada por las Hermanas y vivió su segundo Acompañamiento y Discernimiento Vocacional (ADV) con la Congregación, gracias al cual decidió vivir la Experiencia Vocacional de un mes en Cabudare, en la que pudo conocer más de cerca su labor, permitiéndole descubrir lo que quería el Señor para ella: Su vocación a la vida Religiosa.
En su testimonio vocacional Ana expresó: “Siento que el señor me ha estado llamando desde hace mucho tiempo, por algunas circunstancias me alejé mucho, sin embargo, no me dejó sola. Y al regresar me sentí amada, acogida. Me sentí como el hijo prodigo. Aun cuando sé que no soy perfecta, aún con mucho miedo confío que el señor está haciendo su obra en mí”.
«Mi lugar feliz»
“Cuando empecé a trabajar con las Hermanas Angélicas en el comedor sentía que era mi lugar feliz, era todo lo que necesitaba, al pasar el tiempo pude sentir que faltaba algo más y al ver el trabajo tan entregado de las hermanas me llevó a hacerme la pregunta ¿Será que esto es lo que Dios quiere para mí?. El amor de los niños, adolescentes y hasta de las personas mayores me motivaba todos los días a seguir, a trabajar por llevarles una sonrisa, un aliento de vida, un motivo para seguir, algo más que la comida que ahí ofrecen”.
Ana, próximamente comenzará su proceso como Prenovicia en Cabudare, Barquisimeto, llevando como estandarte una frase de San Ignacio de Loyola que la ha acompañado en su caminar, «En todo amar y servir».