En horas de la mañana de este Domingo de Pascua, 31 de marzo, Monseñor Ángel Caraballo, Obispo de Cabimas, celebró la Solemnidad de la Resurrección del Señor en la Rectoría María Inmaculada de Cabimas, dando su bendición a dos parejas de la comunidad.
La celebración a la que asistió una numerosa cantidad de fieles, estuvo presidida por el Obispo Diocesano y concelebrada por el Rector Pbro. Carlos Camacho. También estuvo amenizada musicalmente por el Ministerio de Música Voces de Adoración.
Durante su homilía, Monseñor hizo mención de los 3 signos en el presbiterio que manifiestan la resurrección del Señor: El cirio pascual, signo de Cristo Resucitado; la pila bautismal, donde reciben el bautismo los nuevos hijos de la Iglesia; el ambón, desde donde se proclama la palabra de Dios; y el altar, lugar donde se hará presente Jesús, bajo las especies eucarísticas, su cuerpo, sangre, alma y divinidad.
Mencionaba también que, la vida de Jesucristo, fue una total identificación con la Voluntad del Padre. Nos muestra el camino, que se ha de recorrer para poder alcanzar esa promesa de resurrección. “La Resurrección de Cristo y su promesa de nuestra propia resurrección, nos invita a cambiar nuestro modo de ser, nuestro modo de pensar, de actuar, de vivir. Es necesario ‘morir a nosotros mismos’; es necesario morir al ‘viejo yo’ para dar paso al ‘nuevo hombre’, de manera de poder vivir una vida totalmente nueva”, expresaba Monseñor Ángel.
La celebración tuvo también otro motivo de alegría, cuando durante la Eucaristía, Monseñor impartió el Sacramento del Matrimonio a dos parejas de la comunidad, que forman parte de la Catequesis de Adultos: Pablo Cedeño y Karelys Mota, y José Chourio y Riher Villegas.
También en la celebración de este domingo de Resurrección, se realizó la clausura de la Pascua Juvenil – Vocacional de la Rectoría María Inmaculada y la Pastoral Vocacional Diocesana, en la que participaron 36 jóvenes a los que Monseñor manifestaba la importancia de seguir al Señor según la vocación a la que hayan sido llamados.