En la Solemnidad de Pentecostés, la Iglesia en Venezuela celebra el Día del Seminario y lleva a cabo la colecta en beneficio de los seminarios diocesanos. Con motivo de esta celebración, Mons. Ángel Caraballo extendió sus palabras de felicitación y cercanía para los seminaristas de la Diócesis mediante un documento donde expresa su alegría.
Monseñor en este texto expresa: «los seminarios deben ser verdaderos Cenáculos, en los que se respire una vida intensa de oración, personal y comunitaria; una vida de caridad mutua, activa y
laboriosa, una vida de recíproca ayuda espiritual para ser siempre fieles a la vocación, y a los compromisos sagrados asumidos ante Dios, ante la Iglesia y ante la propia conciencia».
Además, hace referencia a los últimos discursos del Papa en los que insiste sobre las actitudes de los sacerdotes diocesanos, llegando al punto de reflexionar en este tema para los que se forman en los seminarios, para recibir el ministerio sagrado.
Monseñor también aseveró: «Recuerden mirar siempre a Cristo que es del sacerdocio, al mismo tiempo, autor, dador y ejemplo absoluto. Sin Él, nada podemos hacer (Jn 15, 5), en Él todo lo podemos (Flp 4,13) y somos más que vencedores (Rom 8, 37)».
Para concluir con esta salutación dirigida a los seminaristas, recuerda que «el período del seminario es único, irrepetible y decisivo para su futuro ministerio», y desea que «aspiren a la santidad, y rechacen toda tentación de mediocridad».