El pasado domingo 8 de octubre, la feligresía de la Parroquia Niño Jesús de San Timoteo dio la fraternal bienvenida a Monseñor Ángel F. Caraballo F. en su comunidad para dar inicio a los días de Visita Pastoral como Pastor de la Diócesis de Cabimas.
Ese mismo día se llevó a cabo la Santa Eucaristía de apertura en la sede parroquial, presidida por el Obispo y concelebrada por los presbíteros Horacio Martínez, párroco de la comunidad y Alfredo Hernández, Vicario de Pastoral de la Diócesis.
A lo largo de su homilía, Monseñor expresó que «tenemos que concentrar nuestra energía en las cosas que son buenas y justas descansando en Dios», a ejemplo de la frase de San Pablo «no se inquieten por nada», pues «lo que nuestra preocupación no puede conseguir, se consigue con la oración», comentando también que se sentía muy contento al comenzar esta visita como Padre y Pastor de la Costa Oriental del Lago.
Al finalizar la Eucaristía, Monseñor sostuvo una reunión con el Consejo Pastoral Parroquial y el Consejo Parroquial de Asuntos Económicos en presencia de los Consejos Diocesanos, para conocer la labor que han venido realizando en la parroquia. Al comenzar esta, Monseñor manifestó: «Me siento muy contento de estar reunido con ustedes para así compartir las realidades de la parroquia y de cada uno de los grupos que la conforman».
“Me siento muy contento de estar reunido con ustedes”
En la mañana del segundo día de la visita, jueves 12 de octubre, la jornada comenzó recibiendo nuevamente a Monseñor Ángel Caraballo en la Parroquia Niño Jesús de San Timoteo y para dar inicio a las actividades, se realizó un encuentro con los grupos de apostolado de la parroquia.
Ya en la reunión, Monseñor hizo memoria de un encuentro con el Papa Francisco en el año 2013, en el cual decía: «No sean Obispos de aeropuertos, ustedes tienen que ser pastores que estén delante de los hermanos que sean los que guíen, los que orienten, los que van diciendo por dónde hay que caminar». Rememorando aquel momento, continuó: «Tienen que estar con el rebaño para escuchar, animar, consolar y tienen que estar detrás del rebaño porque hay algunas ovejas, algunos cristianos, que se quedan resagados, entonces hay que animarlos».
Posterior a ello, Monseñor realizó audiencias privadas con algunos movimientos parroquiales y personas de la comunidad. Seguidamente, él y el Pbro. Horacio Martínez, compartieron un almuerzo fraterno con los coordinadores de los grupos de apostolado.
En horas de la tarde, se realizó la Coronilla de la Divina Misericordia en casa de una familia del sector San José. Al finalizar el momento de oración, Monseñor mencionó la importancia de la confesión y para dar continuidad al recorrido por la comunidad, Monseñor y el Pbro. Horacio se dirigieron a la Cooperativa Cangrejo Azul, donde el Obispo bendijo a los pescadores, trabajadores petroleros, el lago y toda la comunidad que hace vida en el mismo.
Al anochecer, se llevó a cabo la Adoración al Santísimo Sacramento en el templo parroquial, para luego dirigirse a la capilla de San Benito a celebrar la misa. Fue recibido con reverencia y toque de tambores; en su homilía, Monseñor realizó una breve enseñanza sobre la veneración a San Benito, una reseña sobre él y por último compartió la cena con los vasallos.
Un día de encuentro con el pueblo
Para seguir con la dinámica de la visita en su tercer día, viernes 13 de octubre, Monseñor se dirigió a 6 comunidades filiales para divisar su realidad pastoral, comenzando así con la comunidad Ceuta de Agua, siendo la primera vez que él visitaba esta localidad. Fieles del lugar compartieron al Obispo que la estructura de su capilla se derrumbó a causa de los vientos 7 años atrás, sin embargo, contaron que se encuentran trabajando en la reestructuración de su capilla para poder tener la constante administración de los sacramentos de forma independiente y animar a todos los miembros de la comunidad al encuentro del Señor.
Seguidamente, visitó la comunidad de San Isidro Labrador para Celebrar la Santa Misa, recordando en su homilía a la luz de la liturgia del día una frase de San Agustín que decía «el demonio es como un perro amarrado, y solamente hace daño a quien se le acerca», pues «el problema es cuando nos apartamos de Dios y nos empezamos a acercar al demonio». Para continuar con la jornada, Monseñor Ángel disfrutó de un almuerzo en compañía de los representantes de los diferentes sectores de San Timoteo.
En horas de la tarde, Monseñor Ángel realizó su visita al sector La Ensenada, la cual fue llevada a cabo en un colegio pues no tienen capilla filial, sin embargo, esta comunidad expresó su profundo deseo que querer tener su propia capilla. Posteriormente, se dirigió a la capilla filial de San Roque, dónde se llevó a cabo un encuentro comunitario en el que pudieron expresar sus necesidades materiales y espirituales como iglesia.
Enseguida visitó la comunidad de Tomoporo de Agua, cuya capilla desapareció debido a una vagüada en años anteriores. Por lo mismo, este pueblo se dirige a la comunidad de Tomoporo de Tierra para poder obtener, con sacrificio, sus sacramentos. Acordando así la asistencia más recurrente a la comunidad filial.
Para finalizar la jornada del día, Monseñor se dirigió al sector Tomoporo de Tierra, específicamente a la capilla filial Virgen del Carmen para tener su encuentro comunitario, siendo unas de las comunidades más pobladas y activas pastoralmente; animándoles así a seguir perseverando en la vida de misión, de entrega y servicio en amor.
“Una tarea de todos”
En miras a continuar esta obra del Señor en el cuarto día de Visita Pastoral, sábado 14 de octubre, este comenzó con el rezo de las Laudes en el templo parroquial. Después, Monseñor compartió un desayuno fraterno en casa de una familia del Sector 5 de Julio en compañía del Párroco Horacio Martínez, lugar en el cual tuvo un encuentro con los fieles de dicho sector para conocerlos más de cerca y escuchar atentamente acerca de sus realidades, trabajos eclesiales y su vida de fe en general.
En medio de este compartir, los fieles mencionaban una serie de actividades que realizan, especialmente dos ollas comunitarias, animándoles así a continuar trabajando por esta noble labor. A su vez, hacían mención de la existencia de múltiples iglesias protestantes en dicha comunidad; viendo estas dos realidades, Monseñor expresó que «es tarea de nosotros como cristianos darle algún tipo de respuesta a esta situación», sugiriendo llevar a cabo un curso de apologética e ir cultivando el deseo de formarse en cada persona para poder defender su fe como es requerido.
En este sentido, todos unidos se dirigieron a una extensión del sector llamada Las Palomitas, donde se atienden a niños de las zonas más vulnerables por medio de la pastoral social parroquial y Cáritas. Monseñor compartió un momento de fraternidad con los pequeños que allí se encontraban y también parte de las personas que noblemente contribuyen con esta obra, entre ellos, la coordinadora parroquial de pastoral social quien le explicó a Monseñor todo lo referente al trabajo realizado a nivel de esa pastoral en los diferentes sectores de la parroquia.
Monseñor y el Pbro. Horacio, siguiendo la dinámica del día, fueron a visitar la comunidad de La Línea, la cual limita con la parroquia San Pablo Apóstol, pero no tiene capilla. Sus habitantes explicaron que, para ir a algún templo, deben dirigirse a la sede parroquial o a la parroquia vecina; en base a eso, solicitaron un mayor acompañamiento en el camino de fe.
Además, realizaron el rezo del Santo Rosario. Y ante el sufrimiento de una madre de la comunidad que había perdido a su hija, Monseñor le brindó consuelo a través de sus palabras: «Si la tristeza en la tierra nos causa dolor, el reencuentro en el cielo nos causará alegría». Para finalizar la mañana, antes de dirigirse a almorzar, visitó brevemente el cementerio de San Timoteo.
En horas de la tarde, Monseñor llevó a cabo audiencias privadas con algunos miembros de la comunidad parroquial para después dirigirse a la escuela Simón Rodríguez, sitio en el cual educadores de las escuelas 5 de Julio, Rafael María Baralt, el Liceo Baralt I y la sede del encuentro pudieron compartir con Monseñor desde su vocación, expresando sus realidades, dificultades y soluciones a diversas situaciones, motivo por el cual, Monseñor les animó en su tarea de «estar, transmitir y acompañar» diciendo «¡Docentes, sean valientes!». Recordando además la carta que escribió Simón Bolívar a su maestro Simón Rodríguez, ilustrando la gran huella que deja el educador en cada uno de sus estudiantes.
Al caer la tarde, Monseñor Ángel presidió la Santa Eucaristía en la capilla Virgen del Carmen en compañía del Párroco Horacio Martínez, siendo esta la primera vez que visitaba tal capilla para celebrar la misa. Además, dos adultos recibieron el sacramento de la Confirmación y al culminar la celebración, fieles de la parroquia cantaron, bailaron y rindieron júbilo a su Santo Patrono el Niño Jesús demostrando como el pueblo de San Timoteo vive su devoción.
El trabajo apenas comienza…
Finalmente, el domingo 15 de octubre, fue el último día de la Visita Pastoral de Monseñor Ángel F. Caraballo, a esta comunidad parroquial. Trayendo consigo días de mucha alegría, felicidad y sobre todo muchas bendiciones. Para dar clausura a esta jornada, el Obispo presidió la Santa Eucaristía en la sede parroquial a las nueve de la mañana.
La celebración estuvo concelebrada por el Pbro. Heberto Ávila, Canciller de la Diócesis de Cabimas, y el Pbro Horacio Martínez, párroco de la comunidad. Contando también con la presencia de representantes los Consejos Diocesanos y fieles de toda la extensión territorial de esta parroquia que con fervor fueron al Templo en Acción de Gracias por estos días de gracia.
Durante su homilía, Monseñor expresó que lo que cuenta Jesús en la parábola del Evangelio acontece hoy en día: «Los invitados siguen sin asistir al banquete del Señor, por el error de abandonar lo importante por lo urgente. Este banquete representa lo más importante en la vida, es más, es lo único importante pues participamos en la salvación conseguida por Cristo y la posibilidad de vivir eternamente».
Al término de su predicación, siguió animando a toda la feligresía a trabajar con entusiasmo y alegría en esta comunidad parroquial. Dentro de la Eucaristía, se realizaron los nombramientos oficiales del Consejo Pastoral Parroquial y el Consejo de Asuntos Económicos, por lo cual Monseñor les dio una bendición especial a todos sus miembros.
Además, el Obispo donó un Sagrario a la comunidad de San Roque, quienes lo recibieron con mucha emoción ya que sus plegarias estaban comenzando a tener fruto. Luego de la Celebración, Monseñor se reunió con los Consejos Parroquiales por última vez para luego despedirse y disponerse a almorzar en casa de una familia de la parroquia antes de retornar a la ciudad de Cabimas.