Este martes 20 y miércoles 21 de junio, los sacerdotes de la Diócesis de Cabimas se reunieron en las instalaciones de la Curia Diocesana, con motivo de la Jornada de Formación Permanente del Clero, programa que se realiza una vez al año como parte de su actualización teológica y pastoral. Esta llevó por nombre “Sinodalidad desde la apologética” y fue dictada por el padre Héctor Pernía, mfc, proveniente de la Diócesis de San Cristobal.
La formación constante representa una necesidad imprescindible en la vida y en el ejercicio del ministerio de cada presbítero, como manifestó el Papa Francisco “los sacerdotes nunca dejan de ser discípulos de Jesús, de seguirlo. Así, pues, la formación en cuanto discipulado acompaña toda la vida del ministro ordenado y se refiere integralmente a su persona y a su ministerio”.
«Una experiencia importante e innovadora»
El encuentro formativo, giró en dos aspectos fundamentales, primeramente, se presentó un proyecto pastoral parroquial desde una mirada sinodal, basado en la apologética, aprendiendo a utilizarla desde la sinodalidad, para caminar juntos y defender la fe desde esta sin atacar otras denominaciones religiosas. También se dieron tips a los sacerdotes sobre la predicación, la recomendación del Papa Francisco para direccionar una homilía.
Durante la formación se presentó el proyecto pastoral litúrgico llamado “Volver a casa”, el cual ha sido llevado en varias diócesis de Venezuela y ha resultado exitoso. Se presenta como una manera de innovar la parroquia y la diócesis a través de ciertos pasos que el padre fue comentando desde su propia experiencia como sacerdote.
El padre Noel Martínez, mencionaba sobre la jornada “A Grosso modo para mí fue una experiencia importante e innovadora y creo que ese es el objetivo del obispo de que nos formemos, esta es una jornada de formación permanente para que tengamos cada día más herramientas para poder ser de verdad un buen pastor en medio de nuestra comunidad”.
La ocasión también fue propicia para que los sacerdotes del territorio diocesano, tuvieran momentos para compartir y fortalecer su fraternidad, lo cual es ideal para ayudar a crear esa sinodalidad que pueda ser favorecedora en el trabajo pastoral de nuestro territorio diocesano.