Monseñor Ángel Caraballo en la Misa Crismal: «Tenemos que ser hombres de acción»

A las 10 de la mañana de este Martes Santo (4 de abril), se celebró la Misa Crismal en la Santa Iglesia Catedral Ntra. Sra. del Rosario de Cabimas, presidida por el Padre y Pastor de la Diócesis, Mons. Ángel F. Caraballo F., acompañado del clero diocesano y de la feligresía que peregrina en la Costa Oriental del Lago.

La Misa Crismal es una de las celebraciones más importantes del año litúrgico, puesto que en ella el presbiterio de la Diócesis renueva sus promesas sacerdotales ante su Obispo y se consagran los santos óleos: el de los catecúmenos, la unción de los enfermos y el Santo Crisma, que posteriormente serán distribuidos a las distintas parroquias que conforman el territorio de la Iglesia Particular.

Esta atípica celebración que solamente es celebrada en la Semana Santa, sirve como espacio de encuentro de la Diócesis en pleno, es decir, que en ella están reunidos: el pueblo de Dios y sus pastores, encabezados por la máxima autoridad eclesial de la Iglesia local: el Obispo.

Es por eso que en esta ocasión, Monseñor Ángel anunció el nombramientos de los nuevos Arciprestes que ejercerán este servicio por los próximos tres años, el Pbro. Robert Nava como Arcipreste del Arciprestazgo Ntra. Sra. de Altagracia, al Pbro. Pedro Peña como Arcipreste del Arciprestazgo Ntra. Sra. del Rosario, al Pbro. Julio Antúnez como Arcipreste del Arciprestazgo Ntra. Sra. del Paraute y al Pbro. Jorge L. Ramírez como Arcipreste del Arciprestazgo Beata María de San José.

«Tenemos que ser hombres de acción»

Monseñor Ángel en su homilía destacó la relevancia de esta Misa, refiriéndose a ella como “un momento de máxima expresión visible de la Iglesia en la Costa Oriental del Lago”. El Obispo dedicó su predicación a los sacerdotes, ya que esta celebración ocupa un lugar significativo porque celebra la fiesta del sacerdocio de Cristo. Monseñor dijo sobre la renovación de las promesas sacerdotales que “no es un mero protocolo, ni un rito más, o un formalismo, sino el deseo sincero de revivir el acontecimiento que cambió radicalmente sus vidas y los convirtió en una transparencia real, viva y eficaz de Cristo”.

Asimismo, recordó que en este día se renuevan las promesas de obediencia, de castidad y de pobreza que hicieron el día de su ordenación sacerdotal, y acerca de ello dijo: “El poder vivir en obediencia, castidad y espíritu de desprendimiento, solo se consigue con espíritu de fe y en actitud orante. Tenemos que ser hombres de acción, como lo fue Nuestro Señor Jesucristo en su continua intimidad con el Padre”.

En esta Eucaristía, las parroquias y colegios diocesanos entregaron la Campaña Compartir que recolectaron en sus comunidades durante todo el tiempo de Cuaresma, desde el Miércoles de Ceniza. Este año, la campaña promovida por Cáritas de Venezuela, estuvo destinada a la conversión ecológica y al manejo adecuado de riesgos socionaturales, que pueden poner en riesgo la vida y los bienes.

Misa Crismal
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